Le guardaba cariño a Bodega El Pimpi Málaga de nuestra última visita de hace 11 años, y en nuestra reciente escapada gastronómica por tierras andaluzas, tenía que pasar de nuevo por allí. Y es que no se concibe estar por Málaga y no acercarse a El Pimpi.
Llegamos a Málaga el día anterior, con el tiempo justo para realizar una visita a La Alcazaba, y cenar en La Cosmopolita. Estábamos alojados en Debambú Atarazanas, unos céntricos apartamentos con recepción, en los que estuvimos muy a gusto y que puedes reservar pinchando aquí. Te los recomiendo. Esa mañana nos pegamos un auténtico homenaje en Los Marinos José, el templo del producto del mar en Fuengirola, pero quedaba hueco para hacer una cena informal en El Pimpi Málaga.
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Bodega Bar El Pimpi Málaga
La Bodega Bar El Pimpi Málaga es de esos lugares míticos, legendarios y con solera. De hecho, en el momento de nuestra visita celebraban su cincuenta cumpleaños. ¡No está nada mal! Sus pasillos, patios, salones y cada rincón, reflejan la historia del lugar y la historia de las personas que, durante estos más de 50 años, han vivido momentos especiales allí. Hay que dedicar unos minutos a observar esos toneles, con dedicatorias y las fotografías de los personajes ilustres y no tanto, que por allí han pasado, antes de hincarle el diente a los manjares que te serán ofrecidos.
¿Y qué pedimos?
La idea era una cena rápida de buen tapeo, ya que aún venían emociones fuertes en lo gastronómico los siguientes días. Como estábamos en Málaga, pues una Victoria para refrescarme. Un enorme tomate huevo de toro fue el anticipo de una tabla de ibéricos de gran nivel. Ese chorizo que se pega al paladar es buen indicador. Sabroso y con un fritura perfecta, el adobo malagueño, en una ración enorme ,que se hizo hasta escasa de lo rico que estaba. Las piparras fritas, como pipas.
Completamos con la versión del Pimpi del Campero, ese típico bocadillo tan popular en Málaga y que forma parte de la identidad gastronómica de la ciudad. ¿Y el postre? Pues sin que sirva de precedente no lo tomamos allí. Tenía pendiente probar los helados de Casa Mira, otro lugar histórico malagueño. Helado de turrón, galleta Lotus y a dormir, que al día siguiente nos esperaba Aponiente en El Puerto de Santa María.
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Puede que haya lugares que estén más de moda, pero El Pimpi es Málaga y cuando vuelva a Málaga, volveré siempre a El Pimpi. ¿Has estado en Bodega Bar El Pimpi Málaga? ¿Qué te parece? No dudes en dejar tu comentario y a ¡COMERVIAJARynadamás!
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Fecha de la visita: 31 de agosto de 2021
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El Pimpi es, sobre todo, una bodega donde además se come, y bastante bien. Conviene probar la gran oferta de vinos por copas en blancos finos, olorosos dulces y tintos de la tierra, que los hay. Es también un punto de reunión de lugareños y visitantes. Tiene mucha solera y no se han dormido en los laureles.
Gracias por compartir Alfonso