En mi última visita a Milán pude disfrutar de Alice. Un restaurante que cuenta con una estrella Michelín desde 2011, entre otros reconocimientos, siendo uno de los 12 restaurantes de la ciudad con este galardón. Milán cuenta además con otros 5 restaurantes con 2 estrellas Michelín.

Alice es nombre de mujer y 2 mujeres son las responsables de este lugar, pero ninguna se llama Alice. Viviana Varese es la chef, y Sandra Ciciriello la somelier, que dan vida y magia a este restaurante. El local está situado en la última planta de Eataly Milano, un espectacular mercado gourmet de productos italianos.

El restaurante Alice
El restaurante tiene un aire más informal que otros restaurantes con categoría Michelín que he podido visitar. El ambiente, diría que familiar, la presencia de niños e incluso alguna mesa de madera larga compartida por los clientes, le dan un clima relajado, que se agradece. La sala es preciosa, con la cocina a la vista del cliente y un enorme ventanal con vistas a la Porta Garibaldi.

Puedes comer a la carta, o elegir menú cerrado. En este tipo de restaurantes es difícil decantarse por 2 entrantes y un plato principal, por lo que siempre elijo el menú degustación. Cuentan con 2 menús: uno largo llamado Viviana, y uno algo más corto que se llama Sandrina. El largo tiene un coste de 150€, mientras que el corto de 120€. Ya cometí el error una vez de pedir el menú corto, en Diverxo, como ya conté aquí, así que siempre escojo el largo.

La bebida
Para beber comencé con una birra Moretti Grand Cru. Una botella de 75 cl. muy bonita. Me gustó mucho el tratamiento que le dieron a la cerveza, con galones de vino, tanto en su apertura, como en su mantenimiento en champanera para que se mantuviera fría. ¡Ya está bien que se trate a la cerveza como merece! o cómo los 16€ que cuesta la botella merecen.

Aproximadamente a la mitad del menú pedí una copa de vino. Era un borgoña, del que no recuerdo el nombre (soy un desastre para los vinos), pero sí recuerdo que fueron 14€ la copa. Estaba bueno…y ahí finaliza mi análisis vinícola.
El menú Viviana de Alice
A continuación te describo el menú Viviana y te pongo las fotos de los platos que probamos.
Snack, entrantes y el pan de Alice
Patata
«Gnocchi semilíquido de patata con queso stracchino del Valli Orobiche, caldo de champiñones y setas caramelizadas»
Fagiolo
«Sopa de judías de Pigna con crema de piñones, cebolla giarratana y crema de miso»
Zucca
«Calabaza asada con helado de hoja de laurel y aceite de calabaza»
Grano saraceno
«Risoto de trigo sarraceno de Valtelina con alcachofas de Jerusalén, crema de limón, cacao, café en polvo y alcachofas de Jerusalén asadas»
Tartufo
«Tortello líquido con salsa de asado y trufa negra. Castañas, crema de calabaza y espuma de parmesano Vacche Rosse con trufa blanca»
Coniglio
«Terrina de conejo, concentrado de conejo, puré de patata con mantequilla, chips de patata y paté del hígado»
Scalogno
«Cebolletas fritas con salsa parmesana Vacche Rosse y caldo de pollo de corral»
Porro
«Puerros a la parrilla con puerros demi-glacé y queso caciocavallo podólico del Gargano»
Pre postre
Y postre Nero Limone
«Flan de limón hecho al momento. Ganache de chocolate negro Arriba de Domori con sabor a limón, crujiente de cacao y chocolate con leche Domori»
Los petit fours en el circo de Alice
Conclusiones
El restaurante me gustó mucho. No puedo más que recomendarlo si realizas una visita a Milán en el futuro. El servicio es muy atento, profesional, y se nota la categoría del restaurante en todos los detalles. A destacar algo tan básico como el pan, que realizan exclusivamente para el restaurante. Podría alimentarme solamente de ese pan durante una semana, servido con una mantequilla casera deliciosa.
Quizás, el plato que más me gustó fue la zucca. Me sorprendió muchísimo, ya que la calabaza no es precisamente mi producto preferido. La textura y sabor que adquirió la calabaza, tras asarla en la barbacoa, era más parecido a una castaña asada. Combinaba increíblemente con el helado de hoja de laurel. Otros 2 platos, que quedarán en mi recuerdo de Alice para siempre, son el gnocchi de patata y el tortello con trufa. Pero también hay algunos que creo que son más flojos con respecto al nivel general del local. Las judías y el puerro, no me apasionaron, normal, ¡a quién se le ocurre!
A la hora de pagar, creo que el restaurante es algo más caro que un equivalente en categoría español. La suma total ascendió a unos 354€ para 2 personas.

Después de leer el post…¿Te han entrado ganas de ir a Milán a conocerlo? ¿O todo lo contrario? Deja algún comentario y a ¡COMER, VIAJAR Y NADA MÁS!