Hay una avenida en la ciudad de Murcia en la que se puede ver un cartel enorme de El Sibarita Restaurante, que cada vez que pasas te dice: ¡Ven a comer aquí! Pues eso hicimos, sin mucha más referencia ni expectativa que un cartel y un nombre sugerente. El Sibarita Restaurante se encuentra en la pedanía murciana de Torreaguera, a unos 8 km de la ciudad de Murcia. Un lugar acogedor, con un servicio muy cercano, y agradable, en el que comimos muy bien.
Para comenzar en El Sibarita Restaurante
Como no empezamos con unas estupendas croquetas. Tienen de pollo, de chuleta a la brasa y de chipirones en su tinta. Probamos las 2 úlimas y la verdad es que estaban riquísimas. Rebozado crujiente e interior cremoso, como debe ser. Las 2 estaban buenas pero en especial la de chuleta a la brasa. No son las de Keki, pero no te las pierdas.
Continuamos con el Won-Ton de chili con carne de ternera y cilantro. La masa muy crujiente, pero quedó algo frío el interior, por ese motivo fue el plato que menos me gustó de la cena.
Uno de los entrantes estrella de El Sibarita Restaurante. El erizo de mar relleno y gratinado. ¿Y de qué va relleno? Pues de nécora y gambas. El problema es que son pequeños y con uno solo no tendrás bastante. Está tan bueno que querrás repetir.
Para continuar en El Sibarita Restaurante
Antes de pasar a los principales siempre viene bien una ensaladita. Ya sabéis que si leo burrata pido burrata. Es una debilidad que tengo y no lo puedo evitar. En este caso no era la típica ensalada de burrata con su tomate y ya está. Ésta llevaba, además del maravilloso queso italiano, berenjena y tomate asados, y champiñones crudos.
Pedimos también unos gnocchi que no llegamos a probar. Eran unos gnocchi con parmesano, butifarra fresca, panceta, boletus y aceite de trufa blanca. Sobre el papel tenían que estar espectaculares, pero nunca llegaron. En un alarde de sinceridad, para mí nunca visto, José Antonio, el chef y propietario, nos comentó que no le gustaba cómo había quedado el plato y no nos lo servía. A mí me parece un gesto que le honra, y a la vez inteligente, ya que es preferible no sacar el plato, que sacar un plato malo. Con esa decisión estoy seguro que buscaré la ocasión de volver para probarlos.
Para suplir esos gnocchi que ansiaba degustar nos ofrecieron un plato fuera de carta. Eran unos canelones caseros rellenos de pavo y foie que hicieron que me olvidara de los gnocchi en un momento. Me enamoro y olvido rápido gastronómicamente hablando.
Pero si hay un plato que por si solo haga que merezca la pena coger el coche e ir a El Sibarita Restaurante, es el magret de pato con frutos rojos, puré de boniato y chips de yuca. De los mejores magret de pato que he comido. Perfecto de punto, la salsa de frutos rojos increíble y muy bien acompañado con la yuca y el puré de boniato. ¡Gran plato!
Para finalizar en El Sibarita Restaurante
El chocolate me pierde y pedí el coulant. Estaba rico, pero no dejaba de ser el típico de coulant. En este caso estaba acompañado con un helado de mandarina.
La tarta Tatin también era la típica Tatin pero estaba especialmente rica. Solo le faltaba algo de jugosidad a la manzana, pero muy buena y acompañada de un refrescante helado de manzana.
En definitiva, un gran restaurante al que tienes que ir si no lo conoces, y que seguro te va a sorprender positivamente. ¿Has probado ya ese magret de pato? Deja tu comentario y a ¡COMER, VIAJAR Y NADA MÁS!